La agricultura ecológica, o sus sinónimos1 orgánica o biológica, es un sistema para cultivar una explotación agrícola autónoma basada en la utilización óptima de los recursos naturales, sin emplear productos químicos de síntesis, u organismos genéticamente modificados (OGMs) -ni para abono ni para combatir las plagas-, logrando de esta forma obtener alimentos orgánicos a la vez que se conserva la fertilidad de la tierra y se respeta el medio ambiente. Todo ello de manera sostenible y equilibrada.2
Los principales objetivos de la agricultura orgánica son la obtención de alimentos saludables, de mayor calidad nutritiva, sin la presencia de sustancias de síntesis química y obtenidos mediante procedimientos sostenibles.
Este tipo de agricultura es un sistema global de gestión de la
producción, que incrementa y realza la salud de los agrosistemas,
inclusive la diversidad biológica, los ciclos biológicos y la actividad
biológica del suelo. Esto se consigue aplicando, siempre que sea
posible, métodos agronómicos, biológicos y mecánicos, en contraposición a
la utilización de materiales sintéticos para desempeñar cualquier
función específica del sistema. Esta forma de producción, además de
contemplar el aspecto ecológico, incluye en su filosofía el mejoramiento
de las condiciones de vida de sus practicantes, de tal forma que su
objetivo se apega a lograr la sostenibilidad integral del sistema de
producción agrícola; o sea, constituirse como un agrosistema social,
ecológico y económicamente sostenible.
NOTA: Esta informaciòn es tomada de la siguiente pàgina.
es.wikipedia.org/wiki/Agricultura_ecológica
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